Aunque los emperadores romanos jamás usaron términos modernos como nearshoring, cadena de suministro o agente de carga internacional, dominaron principios logísticos que hoy siguen vigentes. Administraban rutas, tiempos y riesgos con una precisión que muchas empresas modernas —incluso aquellas enfocadas en la importación de China a México— podrían envidiar. Su sistema demuestra que la eficiencia no depende solo de la distancia, sino de la estrategia. Y en pleno siglo XXI, comprender cómo resolvían sus desafíos ayuda a negocios mexicanos a mejorar costos, tiempos y competitividad.
Roma nunca dependió de un solo mercado. Provincias clave como Sicilia, Hispania, Egipto o el Norte de África funcionaban como proveedores cercanos y estratégicos. Esta lógica —el equivalente antiguo del nearshoring— reducía riesgos, evitaba retrasos y hacía más predecible su cadena de suministro.
Hoy sucede algo similar: mientras las empresas mexicanas continúan comprando en China, también buscan equilibrar distancia, costos y disponibilidad mediante modelos de nearshoring. Y para ello, contar con aliados expertos como un freight forwarder México o un agente de carga internacional es esencial para mantener el control operativo sin sacrificar eficiencia.
Cada región del imperio producía lo que mejor sabía hacer. Hispania generaba aceite; Galia perfeccionaba cerámica; África del Norte abastecía alimentos. Esta descentralización fortalecía una red logística basada en especialización.
Hoy ocurre igual. Una empresa mexicana que realiza importación de productos, ya sean electrónicos, textiles, cosméticos, maquinaria industrial o calzado, sigue el mismo principio: aprovechar la especialización global con control. Para ello es crucial entender qué son los incoterms, qué hace un freight forwarder, los tipos de agentes de carga, los tipos de importadores, los tipos de aduanas, e incluso los impuestos de importación en México, como el IVA de importación o los aranceles en México.
Gestionar correctamente estos elementos evita errores comunes de importación y permite mantener cadenas sólidas, tal como lo hacía Roma con sus provincias.
El Annona aseguraba que el grano llegara a Roma sin fallos. Contaba con flotas exclusivas, almacenes estratégicos y controles estrictos. Si lo traducimos al presente, equivale a un servicio integral de agencia de importación: búsqueda de proveedores confiables, verificación de empresas chinas, inspección de calidad, operador de carga, logística internacional, despacho aduanal, y apoyo para requisitos como el padrón de importadores o el registro de importadores.
Hoy, para que una empresa opere como un verdadero imperio logístico necesita aliados expertos, evitar intermediarios innecesarios y adoptar soluciones llave en mano, especialmente en la importación desde China.
Roma sí comerciaba con India o China, pero solo para bienes de lujo: era lento, costoso y riesgoso, como el offshoring total actual. En contraste, los insumos estratégicos se producían cerca, bajo principios cercanos al nearshoring.
Hoy, China sigue siendo el gigante manufacturero más relevante, ideal para comprar al mayoreo, desarrollar productos a medida o importar desde sectores como electrónica, ropa, cosméticos, productos de belleza, maquila o refacciones. Sin embargo, la clave es hacerlo con estrategia, entendiendo qué se necesita para importar desde China, cómo calcular el costo de importación, qué aranceles aplican y cómo evitar fraudes mediante inspecciones en fábrica y proveedores verificados.
El nearshoring ha crecido por tensiones geopolíticas, nuevas regulaciones y la necesidad de cadenas más predecibles. Aun así, la importación de China a México sigue siendo un pilar para Pymes y grandes empresas. La diferencia está en contar con aliados que sepan coordinar logística internacional, manejar pedimentos de importación, calcular impuestos como el IVA, gestionar tipos de importaciones y evitar errores de importación que encarecen la operación.
Roma ya lo sabía: cercanía cuando conviene, eficiencia siempre.
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